Los Juegos Olímpicos de la Vergüenza (Berlín 1936)

Los Juegos Olímpicos de la Vergüenza (Berlín 1936)

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Se suponía que Berlín ya era la sede de los Juegos Olímpicos de 1916 pero, en medio de los preparativos, estalló la Primera Guerra Mundial, impidiendo la celebración del evento. Fue 20 años después que el nuevo y gigantesco Estadio Olímpico de Berlín fue construido para albergar los Juegos y fue iluminado por la llama olímpica.

¿Juegos Olímpicos y Políticos?

Estos juegos tuvieron lugar tres años después del comienzo del mandato del Canciller Adolf Hitler, cuando lo vio como una plataforma para elogiar a la Alemania nazi y demostrar la superioridad de la raza aria. Más que una competición deportiva o una demostración del poder económico de Alemania, los Juegos Olímpicos forman parte de una operación política a gran escala: impopular por los excesos totalitarios de los nazis, Alemania debe ser vista como un país donde es bueno vivir!

Las primeras discriminaciones del régimen nazi se establecieron ya en 1933. En 1935, como resultado de las Leyes de Nuremberg, la nacionalidad alemana fue arrebatada a los judíos y su estatus social se vio sacudido (los matrimonios mixtos "germano-judíos" fueron prohibidos y considerados nulos y sin valor). En este contexto, la violencia contra los judíos aumentó.

Hitler camufló esta atmósfera de desconfianza con demostraciones de opulencia y refinamiento. Un gigantesco estadio con 100.000 asientos y una piscina olímpica con capacidad para 20.000 personas se construyen junto a una magnífica aldea de atletas.

La ciudad se presenta con todas sus galas y los alemanes son instruidos en cómo comportarse para ser lo más amigables posible. A lo largo de los juegos, se suspenden las medidas antijudías, se cambian las ventanas rojo sangre del periódico "Der Stürmer" y se eliminan los signos antisemitas. Las bandas de swing tocan en lugares públicos. Las faldas de los berlineses se acortan cinco centímetros, e incluso se les instruye a los berlineses a ceder sus asientos en el metro si ven a los turistas.

En los Estados Unidos, un fuerte movimiento denuncia una mascarada y pide el boicot de los Juegos tras los rumores de exclusión de los atletas judíos del equipo alemán. La ausencia de los EE.UU. de los Juegos Olímpicos habría sido un desastre en el plan de Hitler. Este último tomó represalias cazando furtivamente a Helene Mayer y Gretel Bergmann, dos atletas judías obligadas a ir al extranjero. Preguntado sobre estas "coartadas de los judíos", Hitler añadió más tarde que los judíos simplemente "no son muy buenos en los deportes".

Los primeros Juegos Olímpicos transmitidos por televisión

Las Olimpiadas se celebran finalmente en Alemania y comienzan con una majestuosa ceremonia de apertura. Cuando el canciller aparece, 100.000 brazos se levantan para saludarlo. Estos Juegos Olímpicos son más populares porque coinciden con el nacimiento de la televisión. Más de 160.000 personas verán lo más destacado de los Juegos en la pequeña pantalla.

Alemania: ¿ganadora de las Olimpiadas?

Sin embargo, no fue ni el esplendor desplegado por Alemania ni las actuaciones del equipo alemán que terminó en primer lugar en los juegos con un total de 89 medallas (incluidas 33 de oro) lo que dejó una impresión duradera en los recuerdos, sino más bien las cuatro medallas de oro del legendario atleta Jesse Owens y la rabia de Hitler al abandonar la escena para evitar saludar al campeón negro americano.

Si Hitler pensó que lo había planeado todo para que los juegos le beneficiaran, fue sin contar con la extraordinaria actuación del atleta americano que, en particular, venció al alemán Lutz Long en el salto de longitud al final de una asombrosa competición que dará lugar a una verdadera amistad entre los dos hombres, poniendo en tela de juicio las declaraciones de Hitler sobre las razas llamadas "inferiores".

El evento fue cubierto por Leni Riefenstahl, la cineasta oficial del Reich, a quien el Régimen le encargó la tarea de rodar una película oficial. Riefenstahl exigió la creación de su proyecto "Los Dioses del Estadio", un equipo y medios extraordinarios con un presupuesto de 1,8 millones de Reichsmarks. Este documental es un registro histórico de los Juegos.

NB: Recomendamos ver el reportaje "Los dioses del estadio" y luego "Los juegos de Hitler" de Jérôme Prieur (2016). Este último documental destaca la propaganda nazi en el contexto de los Juegos Olímpicos, que pretendían ofrecer al mundo una grandiosa muestra del reconocimiento internacional de la Alemania nazi.

Imagen: Bundesarchiv, Bild 183-G00630 / Unknown author / Berlin, Olympiade, CC-BY-SA 3.0

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Raphaëlle Radermecker

Raphaëlle Radermecker

Autora

Con una personalidad curiosa y una pasión por las palabras bien elegidas, la escritura y el descubrimiento son mis dos pasiones. Berlín me intriga y me fascina, con su modernidad y su capacidad de renovarse constantemente.