10 Tradiciones Navideñas en Alemania
La Navidad en Alemania es una mezcla de antiguas y profundas tradiciones, costumbres populares y entrañables hábitos. Muchas de ellas parecen tan naturales que rara vez nos preguntamos de dónde provienen: por qué encendemos velas, por qué los regalos se colocan precisamente debajo de un árbol o por qué San Nicolás a veces es severo y otras veces amable. Detrás de muchos de estos rituales y costumbres navideñas se esconden historias sorprendentemente antiguas, peculiaridades regionales y pequeños errores culturales que hacen de la Navidad lo que es hoy en día.
1. La corona de Adviento: aprender a contar con velas

La corona de Adviento es más reciente de lo que muchos piensan. Fue inventada en 1839 por el teólogo hamburgués Johann Hinrich Wichern para hacer más llevadera la espera de la Navidad a los niños de un orfanato. En aquella época, la corona tenía 24 velas, una por cada día de Adviento. Más tarde se impuso la versión actual con cuatro velas. El hecho de que encendamos una cada domingo es, en realidad, una versión muy simplificada de una herramienta pedagógica.
2. El árbol de Navidad: un éxito de exportación alemán

El árbol de Navidad decorado proviene, de hecho, de Alemania. En el siglo XVI, las familias acomodadas de ciudades como Estrasburgo o Friburgo colocaban abetos en sus salones. Al principio, esta costumbre navideña fue controvertida, ya que algunos clérigos la consideraban pagana. Más tarde, el árbol se extendió por todo el mundo gracias a los emigrantes alemanes. El hecho de que hoy en día haya árboles de Navidad incluso en Nueva York o Tokio es, por tanto, parte de la historia cultural alemana.
En muchos hogares alemanes se encienden velas de verdad en Navidad. Las velas forman parte de la Navidad en Alemania como las agujas de pino del suelo del salón. Es interesante que las velas de verdad en el árbol de Navidad no se popularizaran hasta el siglo XVIII y que en aquella época supusieran un riesgo real. A pesar de ello, se mantuvieron. Las velas no solo deben iluminar, sino también crear ambiente. Quizás sea precisamente esta luz parpadeante y ligeramente imperfecta la razón por la que, para muchos, la Navidad solo entonces se siente «auténtica».
3. El mercado navideño: del día de mercado al romanticismo invernal
Originalmente, los mercados navideños eran meros mercados de abastecimiento para el invierno: se compraba carne, velas y alimentos no perecederos. No fue hasta los siglos XVIII y XIX cuando se añadieron dulces, juguetes y vino caliente. El famoso Striezelmarkt de Dresde, que data de 1434, es considerado uno de los más antiguos. La romántica imagen actual, con luces, música y puestos, es el resultado de muchos siglos de vida urbana.
Aquí están los mercados navideños más bonitos de Berlín.
4. El día de San Nicolás: recompensa, educación y un poco de miedo

El día de San Nicolás, el 6 de diciembre, se remonta al histórico obispo Nicolás de Myra, conocido por su generosidad y disposición a ayudar. En Alemania, a lo largo de los siglos se desarrolló un ritual pedagógico: los niños limpiaban sus botas con la esperanza de recibir nueces, manzanas y dulces, pero al mismo tiempo sabían que su comportamiento durante el año anterior había sido «evaluado». Especialmente en el siglo XIX, San Nicolás era menos un amable portador de regalos que una autoridad moral que recompensaba el buen comportamiento y señalaba claramente los errores.
A esta tradición educativa se sumaba un personaje más oscuro: el Krampus. Con piel, cuernos y una máscara aterradora, encarnaba la contrapartida del bondadoso San Nicolás. El Krampus tenía sus raíces en rituales alpinos precristianos y más tarde se integró en la costumbre cristiana. Mientras que antes provocaba verdadero miedo, hoy en día es sobre todo un espectáculo folclórico: en las carreras de Krampus, figuras enmascaradas recorren las calles, ruidosas, salvajes, pero juguetonas. El cambio muestra cómo están cambiando las costumbres navideñas: lo que antes asustaba, hoy sirve para recordar que la Navidad también tenía un lado serio y admonitorio.
5. La entrega de regalos en Nochebuena: una particularidad alemana
Mientras que en muchos países los regalos se abren la mañana del 25 de diciembre, en Alemania la entrega de regalos se realiza tradicionalmente la noche del 24. El motivo se encuentra en la Reforma protestante: Martín Lutero quería desplazar el protagonismo de San Nicolás al Niño Jesús, y con él llegaron los regalos. Hasta hoy, esto hace que la Nochebuena sea a menudo más importante emocionalmente que el día de Navidad.
6. El Niño Jesús: relaciones públicas celestiales con rizos
El Niño Jesús no es un personaje bíblico, sino una invención de la Reforma. Lutero quería abolir el culto a los santos y creó una nueva figura simbólica adecuada para los niños. Más tarde se convirtió en un ser angelical con rizos y túnica blanca. Irónico: en muchas regiones, el Niño Jesús fue sustituido con el tiempo por Papá Noel, aunque originalmente se pretendía evitar precisamente eso.
7. Hornear galletas (Plätzchen): almacenar con canela

La tradición de hornear galletas en familia tiene su origen en los monasterios de la Edad Media. Las especias como la canela, el clavo y el anís se consideraban muy valiosas y se utilizaban principalmente en ocasiones especiales. El hecho de que hoy en día conservemos durante semanas las galletas de vainilla y las estrellas de canela es una reliquia de las reservas de invierno, y explica por qué las «latas de galletas» suelen sobrevivir a generaciones enteras.
8. La pirámide navideña: el poder de las velas de los Montes Metálicos
La pirámide navideña de madera proviene de los Montes Metálicos, donde las velas sustituían la luz de las lámparas mineras que no había. El calor ascendente pone en movimiento las figuras, un ejemplo temprano de arte navideño mecánico. Muchos historiadores creen que la pirámide fue la verdadera precursora del árbol de Navidad, antes de que este se impusiera en todo el país.
9. La cena navideña conjunta: salchichas en lugar de un banquete

En muchos hogares alemanes se sirven platos sorprendentemente sencillos en Nochebuena: ensalada de patatas y salchichas. La razón es pragmática: antiguamente se ayunaba el 24 de diciembre y solo durante las fiestas se comían asados y banquetes. La costumbre se mantuvo y sigue siendo hoy en día un símbolo silencioso de que la Navidad no tiene por qué ser opulenta para ser significativa.
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10. Los villancicos: canciones pegadizas con una larga historia
«Noche de paz» se estrenó en Austria en 1818 y, en realidad, solo debía interpretarse una vez, debido a que el órgano de la iglesia estaba averiado. Que hoy en día esta canción sea conocida en todo el mundo fue una casualidad. Muchos villancicos alemanes surgieron en circunstancias similares: improvisados, sencillos y fáciles de cantar. Quizás ahí radique precisamente su encanto.
Las costumbres navideñas son más que tradiciones antiguas y profundamente arraigadas
Las tradiciones navideñas alemanas no son un conjunto de reglas rígidas, sino un mosaico cultural vivo. Se han modificado, simplificado y reinterpretado, y precisamente por eso siguen funcionando hoy en día. Ya sea religiosa o simplemente acogedora, ruidosa o tranquila, la Navidad en Alemania es menos un ritual fijo que un sentimiento familiar que se transmite de generación en generación. Y quizás esa sea la tradición más importante de todas.
Berlin Poche
Equipo de redacción
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